La presencia femenina en la auditoría interna está en aumento, pero alcanzar la equidad de género sigue siendo un reto.

El más reciente informe global de la Fundación de Auditoría Interna, basado en encuestas a más de 3,600 auditores en 159 países, presenta un panorama mixto: aunque las mujeres han ganado terreno en la profesión, aún enfrentan importantes barreras, sobre todo en los niveles de liderazgo.

Más mujeres en auditoría, pero aún lejos de la paridad

El estudio revela que las mujeres representan el 37% de los auditores internos a nivel global, frente al 61% de los hombres (con un 2% sin especificar). Sin embargo, esta distribución varía según la región:

  • Norteamérica: Participación casi igualitaria
  • Asia-Pacífico, África y Medio Oriente: Brechas marcadas, con más del 69% de la fuerza laboral ocupada por hombres
  • Europa y América Latina: Avances en inclusión femenina, pero con disparidades persistentes
  • África y Medio Oriente: Situación crítica, con hasta un 85% de auditores hombres
  • América Latina y el Caribe: 44% de las auditoras internas son mujeres, un progreso notable, pero insuficiente en niveles de liderazgo 

Adriana Cortinas Durán,  experta en auditoría interna, cumplimiento normativo, Ley SOX y bienestar labora desde hace 20 años, destaca la importancia de transformar la percepción de la auditoría:

«Uno de los mayores retos ha sido la resistencia al cambio dentro de las organizaciones, así como la falta de confianza generada por auditorías previas realizadas sin valores o preparación adecuada. Como auditores internos, no somos solo ‘policías’, sino aliados estratégicos que agregan valor y fortalecen la confianza en la organización.” 

Adriana Cortinas, colaboradora estratégica del Instituto de Liderazgo en Formación Continua (ILFC)

Para lograrlo, la formación continua es esencial para asegurar auditorías eficientes y alineadas con los valores corporativos. 

Respecto a la equidad de género en la profesión, la colaboradora estratégica del Instituto de Liderazgo en Formación Continua (ILFC), advierte: «Cuando inicié mi carrera, casi no había mujeres en altos mandos. En algunos casos, el acoso laboral se convertía en un obstáculo para el desarrollo profesional. Es fundamental invertir en capacitación y mentoría para que más mujeres puedan acceder a puestos de liderazgo, fortaleciendo una cultura organizacional basada en el respeto, la integridad y el mérito.»

Una nueva generación de auditoras: ¿El cambio en camino?

La participación femenina es mayor entre las generaciones más jóvenes, lo que podría transformar el sector:

  • Menores de 30 años: Casi paridad entre hombres y mujeres
  • 30 a 39 años: Presencia femenina fuerte, pero en disminución
  • 40 años o más: Brecha significativa
  • Mayores de 60 años: 72% de los auditores son hombres

«A las nuevas generaciones de auditoras, les diría que confíen en su preparación, mantengan su ética profesional y desarrollen una mentalidad de aprendizaje continuo. Además, es clave involucrarse en programas que apoyen a las mujeres para garantizar un trato equitativo, sin violencia ni manipulaciones. Su labor y fortaleza son clave para generar valor y confianza en las organizaciones y seguir abriendo oportunidades para más mujeres», enfatizó Adriana Cortinas.

México: ¿Avance o estancamiento en la equidad de género?

De acuerdo el informe Mujeres en los Negocios 2024 de Grant Thornton:

  • El porcentaje global de mujeres en altos cargos directivos ha crecido del 19.4% en 2004 al 33.5% en 2024
  • Sin embargo, el avance es lento: si se mantiene el ritmo actual, la paridad de género no se alcanzará hasta 2053
  • En 2024, se ha producido un descenso drástico en el número de mujeres CEO, cayendo del 28% al 19%
  • En México, las mujeres ocupan el 36 % de los puestos de alta dirección, un avance significativo. Sin embargo, esta cifra representa un ligero descenso respecto al 38 % registrado el año anterior. 

Para avanzar hacia la equidad, el informe propone tres aspectos clave:

  • Liderazgo compartido: Un alto directivo (hombre o mujer) debe trabajar en conjunto con una mujer en la dirección para impulsar la diversidad, equidad e inclusión (DEI)
  • Estrategia clara: Las empresas deben fijar objetivos medibles de equidad de género y evaluar su progreso regularmente
  • Flexibilidad laboral: Empresas con esquemas de trabajo híbrido tienen más mujeres en altos cargos directivos que aquellas que exigen presencialidad total