Colaboración especial

¿Puede haber una forma efectiva de manejar las finanzas personales que no llegue al tecnicismo del mercado o la economía de un país?

Este siglo abre un espacio de comprensión más humana y menos técnica en cuanto al uso de los recursos que nos ganamos. En un entorno naturalmente incierto y riesgoso, aparecen las neurofinanzas, para darnos luces acerca de cómo decidimos y porqué nos equivocamos. 

Origen de las Neurofinanzas

Las neurofinanzas comprenden el estudio de las bases biológicas del ser humano frente a entornos de riesgo e incertidumbre. Nació como parte del desarrollo de la neurociencia aplicada, y la posibilidad de ver, por primera vez en la historia humana, el cerebro humano vivo, en pleno funcionamiento y en tiempo real. 

El cerebro no tiene ningún sistema para gestionar la incertidumbre, ya que su funcionamiento tiene una influencia instintiva asociada a la memoria, la cual se aloja en el hipocampo del cerebro. La incertidumbre es sencillamente no saber lo que va a pasar, y para esto no hay recursos neuronales. Es aquí donde la comprensión del riesgo se hace fundamental, ya que saber lo que estamos dispuestos a arriesgar nos ofrece un ancla donde el cerebro puede decidir a través de la comprensión de posibles escenarios.

Si en los últimos cien años las finanzas personales fueron importantes, a partir de este siglo la comprensión de las neurofinanzas son fundamentales para el bienestar integral del ser humano.

Neurofinanzas y finanzas personales

La complejidad de las decisiones financieras diarias se basa en solo dos sistemas que interactúan de forma independiente a nuestra voluntad y que deciden 6 segundos antes de concientizarlo.

En primer lugar, tenemos el sistema de recompensas. Su función es acercarnos a aquello que evolutivamente se pueda considerar positivo para nuestro bienestar. En segundo lugar, tenemos la aversión a la pérdida. Su función es tomar control de nosotros cuando nuestra integridad se ve amenazada, generando el impulso de correr, atacar o paralizarnos. Ante una decisión, ambos envían información a la corteza prefrontal a través de disparos neuronales, en una frecuencia sumamente rápida, hasta que uno de los dos llega al umbral de la decisión. 

Pero este proceso puede verse alterado por influencias hormonales, consumo de drogas, alimentos y hasta experiencias de vida. 

Neurofinanzas y decisiones de compra

En contraposición a las Neurofinanzas, nos encontramos la disciplina más financiada en el mundo actual, que es el Neuromarketing. Esta disciplina permite a las empresas detectar como el cerebro humano comprar impulsivamente, incluso con dinero que no tiene. Veamos solo tres:

El primer esquema de impulso, y el más visceral que tenemos, es el de la escasez. Reaccionamos de forma irracional ante la escasez, al punto de que podemos utilizar la razón para crear toda una argumentación aparentemente lógica alrededor de esta compra. 

El segundo esquema de impulso es la manipulación lingüística. El sobreuso de las palabras necesidad e inversión generan en la mente humana la creencia de que es algo básico que los va a ayudar a crecer. 

El tercer esquema de impulso es el anclaje de precios. Los productos colocados en el lugar correcto y empacado de la forma adecuada, pueden generar una percepción alterada de lo que se considera como un precio justo.

En mi experiencia, las discusiones más acaloradas se tejen alrededor de aquello que la persona cree necesitar urgentemente, y que además está en oferta hasta hoy.

Recomendaciones para tomar decisiones de compra, según las neurofinanzas

  1. Gestione sus emociones. No tome ninguna decisión de compra en menos de 24 horas. 
  2. Asegúrese de que sus necesidades biológicas básicas estén cubiertas antes de ir de compras.
  3. Acostumbre a ver mínimo tres opciones diferentes antes de tomar una decisión final.
  4. No lleve consigo más dinero del que realmente necesita y lleve consigo una sola tarjeta.
  5. Cuide su lenguaje al comprar. Gastar no es invertir y sus gustos no son necesidades.
  6. Cuando perciba mucha emoción ante una compra, pida una opinión escéptica.
  7. Acostúmbrese a hablar de dinero con mayor frecuencia. Los seres humanos hemos evolucionado por la capacidad de aprender de otros y el dinero no debe ser un tabú.


Joselyn Quintero
Especialista en Neurofinanzas
www.joselynquintero.com
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Twitter: @Joselyn_QV