¿Has notado que tienes más tiempo libre para diversificar tus actividades, pero mucho de ese tiempo lo ocupas en ver en línea artículos electrónicos, ropa, zapatos, o productos para el hogar? ¿O bien, que las empresas mensajería llegan más de una vez a la semana a tu casa? Si te pasa esto quizá estás cayendo en la tentación de comprar cosas que no necesitas. 

Y es que, aunque no sabes por qué, sientes esa necesidad impetuosa de adquirir esos productos, y te imaginas usando cada cosa que ves, aún sabiendo que algunas están completamente fuera de presupuesto. Tal vez no lo has hecho consciente pero son justamente estas compras las que poco a poco van dejando en cero tu cuenta bancaria; para todo ello existe una explicación psicológica y se llama conducta compensatoria.

Cuando hablamos de esta situación, pese a no tener en mente una compra, si tienes en tu mano el celular, la tablet o la computadora y ves un 30, 40 o 50% de descuento, comienzas a hacer cuentas; después te autoconvences de que ahorrarías un buen porcentaje si lo adquieres, todo esto pese a que en algún momento tu yo interior te dijo que no es necesario y no es una buena decisión.

Esta acción de no escucharte y que tras ver un producto, estés pagándolo con un click, se realiza debido a que una parte de ti te está pidiendo cubrir ciertas necesidades como la socialización, la certidumbre que antes tenías y la libertad de salir a donde y cuando querías. 

La pandemia a nivel mundial ha causado cambios significativos en todos los ámbitos de nuestras vidas, pero más en nuestras emociones y en la forma de ver la vida, ahora ya conocemos la incertidumbre, el miedo, el estrés, la depresión y la ansiedad, por lo que nuestro cerebro busca un escape ante las situaciones adversas como las que vivimos. 

Cada compra la justificamos diciéndonos a nosotros mismos “lo necesito”, aunque en el fondo sabemos que no es así y que es una compra impulsiva; lo que queremos y buscamos es un ambiente estimulante -aunque sea de manera momentánea-, lo único que queremos es un consuelo emocional mediante la compra de algún producto o capricho compensatorio. 

Lo que realmente buscamos en la compra es un elemento bloqueador de emociones negativas y con ello, reestablecer el equilibrio emocional. No te preocupes, existen técnicas para sobrellevar y controlar esos arrebatos que pueden impactar en tu bolsillo; una básica son los pasatiempos que terminan nutriendo tu salud mental y física de forma directa como: el deporte, la meditación, ejercicios de relajación, escritura, estrategias para el manejo de tiempo y aromaterapia.

Las personas solemos no corregir nuestros errores hasta que los concientizamos,  ahora que ya sabes que todo lo que has comprado estando encerrada pueden ser gastos innecesarios y que responden sólo a necesidades de tu mente y cuerpo, cada vez que veas algo en Internet –aunque tenga descuentos-, pregúntate: ¿realmente la necesito? Has una actividad que distraiga tu mente, alimente tu cuerpo y sobre todo recuerda, sí puedes ahorrar con los descuentos y promociones que encuentras para adquirir un producto, pero ahorrarías más si no lo compras.

Por: Laura García