Dicen que la mejor herencia que los padres pueden darle a sus hijos es la educación. Y es verdad, ya que se trata de una de las principales herramientas para el desarrollo y bienestar de las personas y de la sociedad en general.
También es cierto que el costo de la educación de un hijo en México es una inversión significativa, que aumenta con el tiempo, por lo que la educación universitaria representa el pico de este rubro.
Según datos de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), el costo anual de una universidad privada en México puede oscilar entre 60 mil y 300 mil pesos. ¡Nada barato!
Por ello, resulta tan esencial que los padres de familia planifiquen y se preparen en etapas tempranas para la educación futura, considerando opciones de ahorro e inversión, de ser posible, desde el nacimiento del niño.
Una opción que existe en el mercado es el seguro educativo. Aunque no hay cifras exactas de su penetración, he percibido un gran desconocimiento de este producto. Pero, créanme, si eres padre no hay mejor manera de cuidar y garantizar que nuestros niños, pase lo que pase, puedan tener solvencia para sus estudios universitarios.
De hecho, en el país una de las razones por las que los jóvenes dejan de estudiar es por falta de dinero. Se estima que en México más de 628 mil niños de 6 a 17 años de edad abandonaron los estudios a causa de las complicaciones económicas familiares, de acuerdo con el estudio “Los costos educativos de la crisis sanitaria en América Latina y el Caribe”, del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Y si consideramos los montos, el pago de los estudios universitarios de uno o dos integrantes de la familia puede sin duda asfixiar las finanzas familiares, sobre todo cuando se estudia en universidades privadas.
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Es por eso que un seguro educativo puede ser una gran alternativa, al ser un instrumento a través del cual se realizan ahorros durante varios años hasta que el menor cumpla 18 años y esté por entrar a la universidad. Momento en que la aseguradora entregará el dinero al menor beneficiario.
Estos seguros los contratan los padres, y ellos son los asegurados, mientras que el beneficiario de la suma de ahorro es el hijo o la hija. Sin embargo, es importante mencionar que también se puede contratar por terceros en la familia, como abuelos o tíos.
De acuerdo con la Condusef, en nuestro país existen al menos 12 aseguradoras que ofrecen planes de seguro educativo, cuya prima anual puede ir de entre mil 851 a 2 mil 262 dólares, para una suma asegurada del orden de los 40 mil dólares pagadera al cumplir el menor los 18 años.
Se puede contratar en tres modalidades: moneda nacional, dólares o UDIS (Unidades de Inversión); asimismo la indemnización se puede recibir en un pago único o contratando un fideicomiso en administración que periódicamente se encargará del pago de colegiaturas y el costo de manutención, mientras el capital permanece invertido.
No dudo, que de todos los propósitos que hiciste para este 2024, las metas familiares ocupen un lugar importante. Y esta es una invitación a buscar alternativas para blindar la educación de quienes más amas.
Este texto fue publicado originalmente en El Universal Querétaro